la copla que te parió: “los griegos”

el folclore ANDALUZ está sembrado de influencias de muchas culturas. en esta serie de artículos, me propongo hacer un breve repaso por las más relevantes, para tratar así de llegar a las raíces de nuestra cultura popular

Aunque no hay documentadas colonias griegas en el sur de la Península Ibérica, la influencia de su cultura en la nuestra es incuestionable: La Antigua Grecia sentó las bases de la cultura occidental, las raíces de la Filosofía, la Política, la ciencia y la Literatura, entre otras y, por supuesto, del Arte.

Resumir todas las aportaciones de la Antigua Grecia en nuestra cultura en un solo artículo es imposible, así que hoy me centraré en algunos aspectos concretos que me parecen muy interesantes en relación al tema que nos ocupa en esta serie. Y ya que en ésta hablamos de las raíces de nuestras canciones populares, su música, sus letras y bailes, así como el sentido del humor que algunas destilan, es pertinente comenzar por decir que en la Antigua Grecia no existía una palabra que designara por separado a la música ni a la literatura. Sí existía la palabra mousike (μουσική), pero el término incluía el baile, la interpretación poética y la lírica.

Las Musas

La mousike era considerada un regalo de los dioses, de ahí que el verdadero sentido de la palabra fuera “el arte de las Musas”. Es decir: música, danza y poesía formaban parte de un mismo concepto indisoluble. La cultura moderna se encargaría posteriormente de trazar líneas divisorias entre estas Artes, pero nuestro folklore nunca lo hizo, de manera que se continuó con la tradición de los coros, donde se repetían estribillos, se contestaba a un solista, se acompañaban con bailes, se establecían diálogos líricos, se marcaba un compás en grupo, etc. Así como en el folklore, la mousike acompañaba a la fiesta, actos rituales, ceremonias religiosas, simposios, festivales y competiciones deportivas. Es decir, tiene su origen y su razón de ser en lo colectivo.

En los certámenes y juegos, como por ejemplo los Olímpicos, se celebraban competiciones de danza, música, canto e improvisación poética. Al ganador se le otorgaba un premio simbólico como una corona de yedra.

“Cuando se trataban cuestiones políticas, la victoria de uno de los improvisadores conllevaba a veces la ratificación, por parte de la asamblea, de la tesis o de la arenga del improvisador”. Alberto del Campo Tejedor, Trovadores de repente.

También existía la creencia general de que la música tenía efectos beneficiosos en la mente y en el cuerpo. Sin duda, hablamos del antepasado de la actual musicoterapia. La mousike era una parte fundamental de la vida en la Antigua Grecia, hasta el punto de que su estudio era obligatorio y estaba muy bien considerada por los filósofos. El mismo Sócrates dijo que la Filosofía era “la música más elevada”.

Musa

Imagen de ha11ok en Pixabay

Surgieron los rapsodas y los aedos. Los primeros eran cantores que, al son de la lira, recitaban poemas y los segundos eran los poetas improvisadores.

El rapsoda (del griego “rapsodós” que se traduce literalmente como “cosedor de poemas”) actuaba en fiestas y eventos varios, era un profesional ambulante que hilvanaba versos de poemas épicos, propios o viejos transmitidos oralmente.

El aedo más reconocido es Homero que, precisamente en un certamen, se enfrentó a Hesíodo en una disputa de versos improvisados en la que el uno tenía que completar los versos del otro (muy parecido a lo que hacen en el “trovo cortao o pie forzao” los troveros de la Alpujarra).

En la cosecha, en celebraciones religiosas, en los ritos en honor a los dioses… todos ellos eventos en los que se celebraban certámenes de poesía improvisada, llegando en algunos casos, como en la procesión a la diosa Deméter (diosa de la fertilidad) a tratarse de versos satíricos, con gestos obscenos e intercambio de pullas.

Imagen de Michel en Pixabay (Teatro-Partenón)

El teatro griego nació inspirado por las tragedias que se representaban durante las ceremonias religiosas, siendo éstas las primeras puestas en escena y siempre basadas en la mitología. Las primeras adaptaciones de dichos rituales eran interpretadas por un solo actor, disfrazado con traje y grandes máscaras de rasgos exagerados que intercambiaba para representar varios personajes. Posteriormente se incorporaron más actores, escenografía, coros y danzas que acompañaban la interpretación e interactuaban con los actores.

Más adelante aparecerían la comedia y la sátira. En estos géneros, las tramas giraban en torno a la burla y la crítica a la cultura griega y a sus personalidades y los trajes que se usaban eran más extravagantes.

Si hablamos de crítica con humor en estas latitudes, no podemos dejar de mencionar el famoso Carnaval de Cádiz, del que se cuenta que tiene su origen, según la mitología Griega, en el dios Momo.

Según la mitología griega, el Dios Momo representaba la personificación del sarcasmo, la burla y la ironía. Cuenta la historia que este Dios fue expulsado del Olimpo por burlarse de los demás dioses y eligió la ciudad de Cádiz como destino tras su destierro, transmitiendo a sus habitantes su carácter sarcástico y burlesco, el cual puede escucharse en las coplas de sus agrupaciones carnavalescas.

Fuente: Luz de Gades

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