¿por qué me gusta tanto el ukelele?

Un instrumento sencillo de tocar (con matices) y de transportar (con cuidado siempre). La inversión inicial para hacerse con uno que suene decente es asequible. Ocupa poco. Acompaña mucho. Lo veo por todos lados y, sin embargo, aún me es desconocido. ¿Qué tendrá el ukelele que me gusta tanto?

El otro día un colega músico me comentó que en uno de los lugares donde programan música y él va a tocar de cuando en cuando, le dijeron que llevara lo que quisiera, menos un ukelele. ¡Me quedé muy sorprendida! Y taché de mi lista esa localización, claramente no quieren un perfil como el mío por allí. ¡Él se lo pierde!

No sé si será porque el programador le tiene hincha. Porque no le gusta su sonido o porque está harto de verlo por todos lados. Llevo tocando el ukelele 12 años y reconozco que hacer que suene “bonito” es complicado. Aún así me parece un instrumento maravilloso. ¡Te explico por qué!

Aprender a tocar el ukelele es semejante a aprender a hablar inglés, a mi modo de ver. Su estudio sigue el patrón de una pirámide, de la punta a la base. Con poquito que sepas, ya suena. El área que comienzas a explorar es pequeña. Pero a medida que profundizas en la pirámide, es decir, en el estudio del instrumento, te das cuenta de que la superficie se va ensanchando cada vez más y más.

Estudiar violín, por ejemplo, podría ser como estudiar alemán y ambos estudios, a su vez, seguirían el recorrido de una pirámide invertida. El área de aprendizaje para poder lograr que suenen es amplia, digamos generosa. Hasta que no la cubres por completo, no consigues que lo que emitas sea mínimamente decente y no puedes continuar.

Con esto, lo que quiero decir es que no hay que menospreciar en absoluto el estudio de ningún instrumento (ni de ningún idioma, claro), por más que los haya más agradecidos en sus comienzos, como es el caso del ukelele. Es precisamente ésta cualidad la que más me gusta del ukelele, que permite aproximarse a la música de una forma amena y sencilla. Si te quieres quedar solo en la punta, pues ya suena. Pulsando uno, dos o incluso ningún dedo, ya estás tocando acordes. Y con cuatro acordes ya puedes tocar una cantidad inmensa de canciones populares.

Si el ukelele es tan excepcional, ¿Qué puede hacer que el mencionado programador le tenga tanta tirria? Me voy a aventurar y vuelvo a su sonido. Hacer que suene bonito, armónico, a la par que rítmico y melódico… es complicadillo. ¡Pero no imposible! Y por algo hay que empezar. Así que… ¡comencemos!

Yo sigo en ello. Llevo doce años intentándolo. Doce años practicando y tocando en directo con él. Esta última es, para mi gusto, la mejor escuela. Otra cosa que me ayuda mucho a perfeccionar el toque es componer canciones propias y tratar de sacar un sonido más personal, más a mi gusto.

Pero, ¿Sabéis de todo lo que más me enseña? Compartir mis conocimientos. Por eso doy clases y he diseñado este taller intensivo de tres horas para dar los primeros pasos en el maravilloso mundo del ukelele. Para las clases me llevo mi Veelah. Tiene un sonido muy dulce. Para el directo uso mi Brüko (Made in Germany) porque tiene pickup. Lo compré de segunda mano y es con el que más tiempo llevo. ¡Le acabo de cambiar las cuerdas y estoy deseando verlo en acción1

Si quieres saber un poco más sobre la historia, tipos de ukelele y los beneficios de tocarlo, te invito a descargar mi ebook gratuito.

Por lo tanto, los pasos para aprender a tocar el ukelele de la forma más profesional posible, diría que son:

  • Practicar, practicar, practicar

  • Conseguir un ukelele apropiado y con el que te sientas a gusto

  • Componer

  • Enseñar

Como conclusión diré que el ukelele es como todo en la vida, tiene sus simpatizantes y sus detractores. Si tú eres de las primeras… ¡te espero en mi taller!

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